domingo, 18 de noviembre de 2012

No es un adiós (Acróstico)

XXVI

¿Por qué te marchaste, mi amor?
Aquí dejaste sentimientos
Recuerdos que tienen calor.
Atesorando esos momentos.

Mantuviste una cruenta lucha,
Asumiendo la eternidad,
Niegas todo cuanto se escucha,
Rogando otra oportunidad.

Imaginaste una familia,
Queriendo a un pequeño príncipe,
Unido a ti te reconcilia.
Esperas que seas partícipe.

Cariño, tengo en ti, ilusión,
Olvida esta cruel soledad,
¿No sientes aquí mi pasión?
Adiviné oír tu corazón.

Me regalaste un gran tesoro
Ofreciendo con solemnidad
Recuerdos de tiempos de oro
Dormida estoy con tranquilidad

Estoy contigo, hay esperanza.
Revives en mi alma y corazón
Otear puedo sin tardanza
Silenciando toda razón.

Amarte puedo día a día,
Riendo hasta la saciedad,
Ignorando lo que sabía,
Olvidando la soledad.